Desde hace tiempo estaba tratando de hacerme con los DVDs de Martes y Trece, los que sacaron hace ya unos años en forma de recopilatorio. Hace poco una amiga me dejo uno que tenía ella y me ocurrió algo que imagino será común que pase, y es que salvo un par de sketches, el resto no me hizo ninguna gracia. Quizás lo recordaba de otra forma, es cierto que apenas tendría yo 10 años cuando veía a Martes y 13, pero no me parecían tener gracia alguna. Esto me ha pasado con otros programas y series de cuando era pequeño, como Oliver y Benji, por ejemplo, que ahora me parece insoportable.
Hay una serie, sin embargo, con la que nunca he perdido esa afinidad que tenía cuando era pequeño que es el Batman de los '60. Con Adam West (ahora alcalde de Quahog) y Burt Ward, como Batman y Robin. Es una serie que se nota que está mal hecha a posta. Se nota que las situaciones que crean en la serie son de los más absurdo y que buscaban únicamente el surrealismo. La razón de por qué este punto de vista la verdad nunca se me ha ocurrido, tampoco es que me haya parado a pensar, pero es cierto que la serie en ningún momento pretende ser seria. La única razón que se me ocurre viene definida por la propia imagen. Es decir, ahora en las películas de superhéroes tratan de hacer que la apariencia sea más normal. Fijaros que los trajes, por ejemplo, son normalmente menos chillones que cómo se supone que son en los cómics. En X-Men se ve claramente, donde los trajes directamente cambian a una especie de uniforme de internado. Pues bien, estos tipos decidieron poner a sus protagonistas tal cual aparecen en los cómics. En alguna entrevista que oí de Adam West se quejaba y mofaba de las medias que tenían que llevar tanto él como Ward. Imagino que tomando como base esto dijeron: ¿cómo vamos a hacer algo serio teniendo a tipos corriendo por Gotham en leotardos? Así fueron surgiendo momentos míticos como la escalada por la fachada, los acertijos de Robin, las onomatopeyas chillonas, etc.
El culmen de todo esto, sin embargo, es la película. La PELÍCULA. Es dónde hay escenas más absurdas, donde hay acertijos más absurdos, y donde todo lo que ocurre es una locura: el tiburón de gomaespuma, la famosa "hay días en que no sabe uno como puede deshacerse de una bomba", el plátano-bolígrafo, etc. La película, por cierto, se supone que era el comienzo de la serie, un episodio de 90 minutos. Pero por los riesgos que implicaba si fracasaba se dejó aparcada y finalmente se produjo 1 año después de comenzar la serie y el éxito fue tremendo. En definitiva, un absurdo tras otro tan surrealista que yo me tiro por los suelos cada vez que veo la peli.
Sï, eso quiere decir que me la compre por unos más que justificados 10€ hace poco. Recuerdo haber leído una crítica del DVD cuando salió, que creo que fue allá por 1999 que decía algo así, estaba en inglés, que a pesar de estar la película en DVD la calidad seguía siendo igual de nefasta. ¡Y qué más da! Por cierto, que si os gusta no os perdáis esa joya llamada Batman Recuerda. Una película en la que Adam West y Burt Ward se interpretan a sí mismos durante una fiesta homenaje a la serie de los '60. Es una película auto-paródica de una parodia. Muy recomendable.
"La suma de los ángulos de ese rectángulo es demasiado monstruosa para pensar en ella".
1 comentario:
¡GRANDE!
John Waters debió amenizar con Batman sus meriendas de adolescente, ¡segurísimo!
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