viernes, enero 15, 2010

Politi-Show

No sé si alguien recuerda ya un mitín que dio el PSOE, la verdad es que no recuerdo muy bien el motivo, pero que estaba como si fuera un programa televisivo. Aunque la lectura del evento en cuestión se puede hacer desde muchos puntos de vista, por ejemplo, propiamente desde el punto de vista de un programa televisivo, a mí me interesa más el punto de vista que ya trate de explicar cuando hablé del libro Amusing Ourselves to Death.

Por retomar rápidamente las ideas, en él Neil Postman se pregunta si la televisión (y de alguna forma, los medios de comunicación) son un medio adecuado para que se difundan determinados mensajes. Es decir, analiza la complejidad de los mensajes emitidos en relación a la capacidad (eficiente) de transmisión de esos mensajes por parte de la televisión y como ejemplo referente pone la política. Un ejemplo muy claro de esto, es que en un momento dado para comunicarse a distancia se usaban señales de humo, sin embargo es un tipo de comunicación muy limitada, ya que permite expresar ideas muy simples: "peligro", "sin novedad", "alerta", etc., ideas establecidas de antemano con un código que ambos interlocutores conocen. Sin embargo, las señales de humo difícilmente serán capaces de transmitir ideas filosóficas o geográficas, por ejemplo. El medio no lo permite. Termina concluyendo que de la misma forma que las señales de humo no son un buen medio para transmitir mensajes filosóficos, la televisión no es un buen medio para transmitir mensajes políticos. Debido a que tal y como está concebida, el mensajes político o por ampliarlo a lo que él dice las "news of the day" (los informativos), no ponen el suficiente contexto como para que una noticia pueda ser entendida en su totalidad.

Al principio del libro expone algunas anécdotas que se ven demostradas con lo que termina concluyendo. Yo me quedo con dos divertidas pero que reflejan perfectamente la idea que quiere dar. La primera es la que dice que, en su opinión, la imagen que define actualmente la imagen global de los Estados Unidos es la de una carta gigantesca de neón con una cabaretera sobre ella; ya no es una imagen tan simbólica como la Estatua de la Libertad, por ejemplo. Por otro lado, cuenta que Richard Nixon asegura que perdió unas elecciones porque la gente de maquillaje le saboteó y que el propio Nixon le dio un consejo a Edward Kennedy si quería optar a la Casa Blanca: "Pierda veinte kilos".

Así la televisión, por ser el medio que es y por ver en directo lo que capta la lente de la cámara, desfigura y desvirtua la realidad. Algo muy parecido ha pasado con el mitin en cuestión del PSOE. Como en otros aspectos de la vida (el cine o la publicidad por ejemplo) ya cada vez importa menos el contenido pero sí la forma. Lo del PSOE era de todo menos un mitín. Hay que fijarse en el Ministro Chaves para darse cuenta de que parece más un entrenador de fútbol que un Ministro. Además introduce cosas nuevas como entrevistas entre las bambalinas antes de saltar al escenario, al más puro estilo "Tu Sí Que Vales"; entradas apoteósicas en el recinto; presentadores, no uno, ni dos, sino tres y según me dijeron (y la fuente es buena aunque no me lo termino de creer) Sergio Martín Flecken era uno de ellos.

No sé cual sería el germen de todo esto, sólo se me ocurre que ningún mitin es divertido así que han tratado de amenizarlo al máximo. Si es así, es precisamente lo que concluye Neil Postman en el libro, que quizas de tanto ver la tele, de tanto entretenernos, nos vamos a entretener hasta morir.