miércoles, febrero 21, 2007

20 años de Imprenta

Esto no quiere decir que el amigo Gutemberg haya inventado la imprenta hace 20 años, quizás así se explica el coste de los cartuchos de tinta (la explicación real es otra), tiene que ver con otra cosa totalmente diferente. Ayer en una clase de libre configuración llamada "Derecho a la Comunicación en Internet" nos estaban hablando de las responsabilidades que se pueden pedir tanto a nivel civil como a nivel penal. Se denominan responsabilidad de tipo en escalera porque parten del primer responsable, el más directo, y se van dirimiendo según escalas. Hay que tener en cuenta que este tipo de responsabilidades y esta escala en concreto se aplica a cuestiones relacionadas con la difusión de hechos y de informaciones. Las escalas son: autor, director, editor e impresor o reproductor.

Tres de los cuatro puntos son razonables: autor, director, editor; imaginemos que una noticia daña el honor de alguien, si se llega a juicio se pedirán responsabilidades primero al autor, si no está identificado o ha huído, o lo que fuere, al director, y si tampoco al editor (al que pone la pasta del medio). Sin embargo, el cuarto punto es raro. ¿Cómo se le pueden pedir responsabilidades al impresor? Es decir, imaginemos el caso contrario. Una noticia de un periodista daña el honor de una persona, van a juicio. La noticia estaba firmada como "REDACCIÓN MADRID", por lo tanto no hay autor concreto, siguiente nivel. El director es un corrupto y ha decidido darse a la fuga, por lo tanto no se le puede pedir tampoco nada. El editor, otro corrupto (o imaginar lo que queráis), también huye. Así que llega al impresor, el buen hombre, que lo único que hace es imprimir, y le cae todo el marrón. ¿Tiene sentido?

Es fácil asociar a cada responsable anterior con la noticia. El autor es evidentemente el que hace la noticia y daña, en nuestro caso, el honor de la otra persona; el director es el responsable ideológico del medio, y por lo tanto a de controlar todo lo que en él se escriba; el editor, o productor, es el que pone el dinero, el verdadero primer ideólogo, y es quien en última instancia controla el medio; el impresor... imprime, y ya está. Evidentemente, el impresor no lee concienzudamente el peródico y decide que por esa concienzua lectura no va a imprimir el periódico puesto que tal o cual noticia daña el honor de determinaa persona. Es más, probablemente el impresor no tenga idea alguna sobre esa legislación.

El caso, y es lo más curioso de todo, es que se montó un pequeño debate en clase acerca del tema y la profesora terminó diciendo que en 20 años que llevaba dando la materia era la segunda vez que alguien le había planteado esa misma cuestión absurda. ¿No pensamos o qué? A mí, me parece raro.

1 comentario:

tr0nio dijo...

Que ley mas ridícula,me recuerda a ciertas leyes estadounidenses de hace mas de 100 años que nadie las cambia y son bastante absurdas.